miércoles, 29 de diciembre de 2010

Los dos cerebros.

Miedos en vida.

Todo paso hace ya mucho tiempo. Seguramente ya nadie se acuerde de ello, pero quizás sea por lo que no se debe olvidar. En aquellos tiempos, era raro el ver a alguien contestatario. Para nosotros Paco, era un raro. Una persona que sin saber por que siempre estaba quejándose, nunca estaba de acuerdo con nadie.

Recuerdo una vez cuando éramos niños que nos fuimos todos los amigos de la urbanización a un lugar que le llamábamos el puente.  Era un pequeño puente de madera hecho para pasar un rio. Era un día como otro cualquiera, el verano estaba llamando a las puertas de la primavera, las temperaturas subían cada vez más y el acercarse al agua era cada vez más necesario.

Todos necesitábamos cada vez más el darnos un buen baño, mientras estábamos tirándonos del pequeño puente de madera nos reíamos. Paco estaba debajo de un árbol frondoso que se hallaba al lado del rio. Tenía una madera en la mano y con una pequeña navaja estaba dándole forma. Nosotros estábamos a lo nuestro entre gritos, risas y ahogadillas.

Todos estaban riéndose y cuanto más aumentaban las risas el nerviosismo de Paco era mayor. Yo que ya era muy observador de la naturaleza animal, y de la naturaleza humana, decidí recostarme sobre una roca para que me diera un poco el sol. Mientras me acercaba a ella, podía ver como a Paco el aumento de nuestro jolgorio parecía molestarle, y sus movimientos de manos eran cada vez más espasmódicos. Apretaba con fuerza la navaja para sacar más madera del trozo al que intentaba darle forma, llevaba horas haciéndolo.
Aún así el seguía mirando como todos se iban tirando y empujándose repetidamente desde el puente, a la vez que gritaban al caer. Llego un momento en que estaba más pendiente de los demás que de su propia navaja, lo que le llevo a darse un buen tajo en la mano, y un grito de dolor dejó a todos los demás mirando hacia Paco.

Salimos todos corriendo del agua para dirigirnos a socorrerlo, fue entonces cuando todo se nos plasmo delante de la cara. Fue entonces cuando nos dimos cuenta.

Lo recogimos entre todos  y cuando nos acercábamos al agua para limpiar su herida, un estremecimiento de miedo recorrió nuestros cuerpos. Por que al ver el agua tan cerca, Paco dio un salto hacia atrás y un grito de miedo. Entonces instintivamente tiramos de él hacia el rio cerca del puente, y el estremecimiento de Paco fue mayor, y unos espasmos de horror recorrieron su cuerpo. Tenía fobia al agua. Algo le había pasado siendo niño que le había hecho sentir miedo a su cercanía.

Entonces me dirigí hacia el río recogí un poco de agua en un recipiente, y se lo acerque hacía donde el se encontraba. La mirada de Paco seguía teniendo un miedo opaco en sus ojos. Su inseguridad con la cercanía del agua se había convertido en miedo, pero un miedo que se traslucía en pánico.

Ese fue el verano que verdaderamente conocimos a Paco, el niño del pueblo al que visitábamos en la época de vacaciones y que nos había pegado cuando éramos niños, y al que todos cuando éramos chicos le teníamos miedo por que nos hacía creer que aquello era suyo y nosotros solos unos intrusos temporales. Paco el perdonavidas de la urbanización cuya  victima preferida eran los madrileños, también tenía miedo.

Pasaron los años y con ellos los miedos pasaron al olvido, los nuestros y los suyos, por que ya nos encargamos todos de ayudar a Paco a recuperar un espacio que su miedo le había prohibido, el poder disfrutar del agua. Poco a poco fue pasando su miedo y fue uno más de nosotros en los juegos acuáticos. Pero nunca se me olvidara ese día en el que conocí que para ser valiente uno tiene que luchar con sus miedos, por que el luchar contra ellos es el enfrentarte a la vida.   

viernes, 24 de diciembre de 2010

El hombre con 7 segundos de memoria.2005


Videos tu.tv

El corazón delator.

 ¡Es cierto! Siempre he sido nervioso; muy nervioso, tremendamente nervioso. Y aún lo soy. Pero con la enfermedad, mis sentidos se agudizaron. Y mi oído era el más agudo de todos. Oigo todo lo que hay que oír en el cielo y en la tierra. Entonces… ¿cómo puedo estar loco? Escuchen con qué cordura, con qué calma les puedo contar toda la historia.

No sé cómo me vino la idea a la cabeza. No había ningún motivo. Yo quería al viejo. Nunca había sido injusto conmigo. Jamás me insultó. Yo no deseaba su dinero. ¡Creo que fue su ojo! Sí, eso fue. Tenía un ojo de buitre, un ojo azul pálido recubierto de una telilla. Cada vez que ese ojo caí sobre mí me helaba la sangre. Y así, paso a paso, decidí matar al viejo y librarme para siempre de aquel ojo.

Ustedes suponen que estoy loco, pero los locos no saben nada… ¡Y tendrían que haberme visto con qué disimulo, con qué precaución, con qué previsión realicé mi trabajo! Nunca estuve tan amable con el viejo como durante toda la semana anterior a matarlo. Cada noche, hacia las doce, abría con suavidad el picaporte de su puerta y entonces introducía una linterna totalmente cerrada para que no se filtrara ni un rayo de luz. Luego, metía mi cabeza, muy…, muy despacio para no perturbar el sueño del viejo. Me llevaba una hora introducir toda la cabeza por la abertura para poder verlo tumbado en su cama. Y cuando ya la tenía toda dentro del cuarto iba abriendo la linterna con mucha cautela, ¡oh, sí! muy, muy cautelosamente porque las bisagras chirriaban, hasta que un rayo de luz caí sobre su ojo de buitre. Pero durante los siete días siempre encontré el ojo cerrado y no pude hacer mi trabajo, porque no era el viejo el que exasperaba, sino su Mal de Ojo. Y después cada mañana cariñosamente le preguntaba cómo había pasado la noche.
En la octava noche, tenía ya la cabeza dentro y estaba a punto de abrir la linterna, cuando mi dedo resbaló sobre el cierre de hojalata y el viejo se incorporó gritando: ¿Quién anda ahí?
Me mantuve completamente quieto y sin decir palabra. No moví un músculo y en todo ese tiempo no le oí volver a acostarse. Sentado en la cama escuchando.
Al poco rato oí un débil gemido y supe que era el gemido del terror a la muerte. Cuando hube esperado un largo rato, decidí abrir una rendija pequeña, muy pequeña, en la linterna y un débil rayo de luz dio de lleno en el ojo de buitre. Llegó a mis oídos un sonido rápido, monótono y ahogado. Era el latir del corazón del viejo. A cada instante era más y más rápido y más y más fuerte. Pensé que su corazón tendría que estallar. ¡Pero el latido resonaba más y más! ¡Algún vecino podría oírlo! ¡La hora del viejo había llegado! Así que con un fuerte alarido abrí de par en par la linterna y de un brinco entré en la habitación. Él dio un solo grito… sólo uno. Lo arrastré al suelo y volqué el catre sobre él. Su corazón dejó de latir. El viejo había muerto. No había ningún latido. Estaba totalmente muerto. Su ojo no volvería a molestarme.
La noche iba pasando y yo trabajaba apresuradamente, sin ruido. Lo descuarticé, quité tres tablas del entarimado de la habitación y lo deposité todo allí. Luego, volví a colocar las tablas tan hábilmente que ningún ojo humano, incluso el suyo, podría haber encontrado algo anormal. No había ninguna gota de sangre. Todo lo recogí en un cubo.
A la cuatro, llegaron tres policías alertados por un grito que había oído un vecino. Sonreí… ¿qué tenía que temer? Les explique que el grito lo había dado yo en sueños. Les dije que el viejo estaba en el campo. Recorrí con ellos toda la casa y les rogué que registraran, que registraran bien. Les conduje a su habitación, les llevé sillas y les rogué que descansaran allí de las molestias que se habían tomado. Yo coloqué mi silla sobre el lugar exacto en el que descansaba el cadáver de m víctima.
Yo me encontraba a gusto. Ellos estaban satisfechos y convencidos con mis explicaciones. Charlaban y yo contestaba animosamente. Pero empecé a sentir que empalidecía, me dolía la cabeza y sentía un zumbido en los oídos. Pero ellos continuaban charlando y sentados. Yo charlaba mucho para librarme de aquel zumbido, cada vez más intenso. Era un sonido rápido, monótono y ahogado. Respiraba jadeante y los agentes seguían sin oír nada. Hablé más deprisa, y a pesar de todo, el ruido aumentaba. ¡Oh, Dios! ¿por qué no se irían? Desvariaba, juraba… Hice girar la silla y la arrastré por el suelo arañando las tablas. ¡Pero el ruido se hizo más y más fuerte! Y sin embargo, los hombres hablaban y sonreían. ¿Sería posible que no oyeran nada? ¡No, no! ¡Oían y sospechaban y sabían! ¡Se estaban burlando de mi terror! ¡No pude soportar más sus sonrisas hipócritas! ¡Tenía que gritar!
-¡Basta ya de fingir, canallas! ¡No disimulen más! ¡Confieso que lo maté! ¡Arranquen esos tablones! ¡Ahí... ahí! ¡Donde está latiendo su horrible corazón! 



Edgar Allan Poe.

lunes, 6 de diciembre de 2010

El efecto de 10 drogas al volante.

Reflexiones sobre la economía global.

El conocido futbolista Eric Cantona ha convocado en Francia un movimiento popular para retirar el dinero de los bancos el próximo día 7 de diciembre (www.bankrun2010). Para conocer los posibles efectos de esta iniciativa entrevistamos a Juan Torres López, Catedrático de Economía, miembro del Comité Científico de ATTAC España y autor de los libros Desiguales. Mujeres y hombres en la crisis financiera (Icaria), con Lina Gálvez, y La crisis de las hipotecas basura. ¿Por qué se cayó todo y no se ha hundido nada? (Sequitur) con la colaboración de Alberto Garzón.

- ¿Qué efectos tendría una medida como esta que propone Cantona?

- Lógicamente depende de su seguimiento. Si se hiciera masivamente, los bancos no tendrían liquidez suficiente para devolver los depósitos a sus clientes porque la banca occidental opera con un sistema llamado de reservas fraccionarias. Esto significa que de todo el dinero que ingresa un cliente sólo conserva una pequeña parte (actualmente un 2% más algunos porcentajes adicionales dependiendo de la regulación de cada país). El resto lo usa para dar créditos. Por tanto, el dinero de los depósitos "no está" en el banco sino sólo en forma de anotaciones, así que en su totalidad no se podría retirar.

- ¿Eso quiere decir que los bancos no "conservan" el dinero de sus clientes sino que lo usan para crear más dinero?

- Efectivamente. El negocio de la banca es ese: crear medios de pago mediante la generación de deuda. Cada vez que dan un crédito con esa parte del depósito que no reservan crean dinero. No dinero legal (monedas y billetes) sino dinero bancario.

- Y gana con eso...

- Claro que gana. Gana más dinero, porque cobra más por prestar que por recibir depósitos. Y gana poder porque, como todo el mundo sabe, el dinero da poder de decisión y de satisfacción.

- ¿Y los gobiernos no podrían evitar una situación de ese tipo, imposibilitando retirar los depósitos?

- Teóricamente, los gobiernos se comprometieron a garantizar los depósitos de los clientes pero lógicamente en su manifestación de dinero bancario. Lo que pasa es que si todos, o un número muy elevado, vamos al mismo tiempo a sacar el dinero eso sería imposible. Lo que hicieron los gobiernos fue en realidad un brindis al sol mientras subsista el sistema de reservas fraccionarias. Ahora bien, en un momento dado pueden decretar que no se pueda retirar el dinero, como ocurrió en Argentina para ayudar a los bancos y a los grandes ahorradores.

- ¿Cree usted que va a ser exitoso el llamamiento de Cantona?

- Supongo que inicialmente no será seguido por millones de personas. Por eso no creo que sea tan relevante por el problema de liquidez que vaya a generar como por el hecho de que advierte de que la gente está empezando a hartarse y con razón de los bancos. Una vez leí que Henry Ford había dicho que si la gente supiera lo que hacen los bancos con su dinero al día siguiente habría una revolución.

- ¿Tan negativo ha sido el papel de los bancos en esta crisis?

- Creo que sí. Si se me permite la expresión, han sido al mismo tiempo el arma del crimen e incluso quien ha apretado el gatillo. En lugar de canalizar el ahorro que han recibido a la inversión productiva lo han llevado a la especulación. Y a otros negocios sucios: los bancos son los que permiten blanquear el dinero, los que se instalan en los paraísos fiscales, los que sirven de vehículo para traficar con armas, con drogas, con personas o para que los terroristas muevan su dinero, los que financian con miles de millones los negocios más sucios y a las personas más impresentables del mundo mientras que los pequeños y medianos empresarios sudan la gota gorda para obtener créditos de unos pocos miles de euros. Y, además, gracias al poder financiero que atesoran han extendido su influencia a la política, a los medios de comunicación, a la creación del pensamiento, a la educación... Y han impuesto las políticas que producen gran desigualdad y así dan lugar a que las crisis sean tan recurrentes y graves. No hay un resorte decisivo de la vida social que hoy día se mueva libre de la influencia de la banca.

- Entonces, ¿usted cree que está justificado que la gente saque el dinero de los bancos?

- Completamente pero con matices. La gente tiene el derecho y yo diría que hasta el deber moral de indicarle a la banca que hace todo eso que así no, que no quiere que con su dinero se hagan todo ese tipo de cosas. Pero digo que yo matizaría porque hay banca ética y no todos los bancos se han portado igual. Lo que hay que hacer es vincular esta expresión de rabia y de rechazo a la banca sucia con la demanda de un nuevo tipo de banca. La movilización del ahorro y ponerlo a disposición de quienes necesitan financiación externa para crear riqueza, es decir, la actividad financiera, es fundamental en cualquier economía. Es una tontería renunciar a ello. Por eso lo importante no es sólo sacar el dinero de los bancos que efectivamente están haciendo tanto daño, sino crear otro sistema financiero ético, limpio, transparente, al servicio de la creación de riqueza.

- ¿Y cómo sería ese otro sistema financiero?

- Pues creo que en lugar de ser un sistema cada vez más centralizado y concentrado, como quieren los dueños de la banca privada para controlar mejor a los mercados y a la sociedad, debería organizarse a distintos planos. Por supuesto creo que debe haber bancos de dimensión importante e internacional porque hoy día se necesita financiar proyectos de desarrollo de gran envergadura. Pero no pueden ser ni privados (porque lógicamente sólo buscarían su propio beneficio) ni tan antidemocráticamente controlados como hoy está, por ejemplo, el Banco Mundial. Y para evitar esto último lo mejor es que estén muy "al lado" de la gente, que estén sometidos a unos principios de actuación muy rígidos y a un constante, plural y democrático control social.

- ¿Y estos bancos más grandes seguirían actuando con reservas fraccionarias?

- No, no, esa es la lógica que hay que cambiar. Si se sigue así, volveremos a estar siempre en las mismas. Hay formas de hacer que una banca sin reservas fraccionarias funcione perfectamente y cumpla con su tarea de financiadora de la actividad productiva. No digo que sea fácil de organizar pero se puede hacer.

- ¿Y el resto?

- El sistema financiero funciona mejor y provoca menos problemas cuanto más descentralizado está. Hay que crear redes y un sistema de finanzas multinivel y multifuncional. Y es fundamental que la gente que ahorra sea dueña también del destino de su ahorro, que intervenga a la hora de decidir su uso. Así sería mucho más fácil que todos fuésemos más imaginativos y emprendedores, que no veamos la creación de riqueza, de empleo o de seguridad y bienestar como "cosa de los demás", sino también nuestra, que depende de nuestra actividad y trabajo, de nuestro ahorro, de nuestras iniciativas y de nuestras decisiones. Hay que lograr que las finanzas no esclavicen a los consumidores o pequeños y medianos empresarios, que al fin y al cabo son los que crean y soportan en España más del 90% del empleo. Y para ello, lo mejor es que todos ellos sean los que decidan lo que se hace con el ahorro y no que dependa de las grandes y alejadas instituciones financieras que lógicamente buscan maximizar sus ganancias con una perspectiva global. ¿Qué le importa al Banco de Santander, qu tiene que lograr que sus ganancias sean cada vez más elevadas, el efecto de su actuación financiera en una mujer del Bierzo que necesita 1.500 euros para poner en marcha una peluquería o de un carpintero que ocupa a cinco trabajadores en una aldea de Lugo y que precisa 5.000 euros para cambiar las máquinas? Pueden decir lo que quieran en la propaganda pero la realidad es que la cuenta de resultados de los grandes bancos que hoy día dominan las finanzas depende de otras variables y que no se van a ocupar de que funcionen bien esos "negocios ordinarios de la vida". que son los que decía Alfred Marshall que constituyen el objeto de la economía.

- ¿Se refiere a potenciar lo que se llama ahora las microfinanzas?

- Sí, pero no sólo a ellas. Hay que crear y potenciar redes interpersonales de socorro financiero, por llamarlo de alguna manera. Las finanzas también tienen que tener ver con la solidaridad y la generosidad. Mohamed Yunus demostró con sus experiencias de microcréditos que las finanzas basadas en esos valores ayudan más a salir de la pobreza y a crear riqueza que los del lucro o, por supuesto, los que impulsan la especulación financiera. Pero también, hay que generar otro tipo de finanzas a otro nivel intermedio. Como digo, no tiene sentido que la financiación de autónomos, de pequeños empresarios o personas que necesitan la mayoría de las veces apoyo financiero de pequeña o mediana entidad dependa de corporaciones financieras gigantescas. Es mucho mejor que eso esté vinculado al ahorro descentralizado. Siempre se hizo así y hubo más disposición financiera para la creación de riqueza. Ahora parece que vivimos en la abundancia de medios de financiación pero en realidad sólo la ha habido y la hay para financiar a grandes negocios o para generar deuda artificial dedicada a financiar burbujas y especulación.

- ¿Entonces usted recomendaría sacar el dinero de los bancos convencionales? ¿Usted sacará su dinero?

- Bueno, yo soy cliente de Triodos Bank. Se podría decir que ya lo he retirado, al menos en su gran parte porque todavía hay grandes dificultades para que todos los recibos o pagos se puedan tramitar fuera de la banca tradicional. Y hay otras alternativas para depositar el ahorro, Fiare, cooperativas diversas en algunas comunidades autónomas. Aunque todavía responden al mismo sistema de reservas fraccionarias tienen mucha más transparencia y no hacen las inversiones despreciables que hace la banca convencional.

- ¿Y habría que hacer eso masivamente?

- Yo creo que masivamente deberíamos ser conscientes de lo que está haciendo la banca convencional, de que es preciso que haya otra diferente, pública y privada, sin el privilegio de crear dinero privado. Y, por supuesto, que cuanto más gente lleve su dinero a la banca ética o a las cooperativas de crédito mucho mejor.

- ¿Pero se puede utilizar la retirada de fondos como un arma contra la banca? ¿No provocaría eso un corralito, una quiebra generalizada de los bancos?

- A ver, vayamos por partes. Si los bancos están ahora cerca de la quiebra o incluso en la quiebra disimulada no es precisamente por culpa de los clientes que quieran proteger su dinero de la irresponsabilidad y codicia de los banqueros. Además, la gente tiene el derecho de retirar el dinero de la banca cuando quiera. ¡Es suyo! Y si quisiera hacerlo masivamente, lo que en todo caso quebraría a los bancos no sería esa decisión de los clientes sino el sistema de reservas fraccionarias.

- ¿Pero no es una irresponsabilidad el llamamiento de Cantona?

- Posiblemente eso es lo que dirán los que han hundido el sistema financiero mundial provocando una crisis casi sin precedentes o quienes los apoyan desde los gobiernos, pero la irresponsabilidad por lo que pueda pasar en el sistema financiero no es de Cantona. ¡Estaría bueno! Cantona es un ciudadano, como tantos otros, que está harto de los irresponsables. Otra cosa es que esta medida vaya ser decisiva y que sea útil por sí sola.

- ¿Qué quiere decir con eso?

- Pues que no basta con decir a la gente que saque el dinero de los bancos. Eso está bien como chispa, como llamada de atención, como advertencia, como provocación... Pero es preciso que haya alternativas. Esa propuesta no puede ser un fin en sí misma. En todo caso, debe ser una medida de presión a favor de algo. Yo creo que debe ir acompañada, si es que se toma, de la reivindicación de la banca pública, de la desaparición de los bancos responsables de la crisis, de otras políticas económicas y financieras, de la exigencia de nuevas normas y modo de funcionar en las finanzas y, sobre todo, con exigencia de garantías de que se vuelva a financiar la economía para que ésta funcione, que es lo que ahora no está garantizando la banca privada. En esa línea trabajamos por ejemplo en ATTAC. Lo que pasa es que lógicamente no se puede descartar que si los bancos siguen extorsionando a los gobiernos, si siguen atacando a los Estados y exigiendo recortes de derechos para que ellos salgan adelante la gente se canse. Y yo sería el primero que estaría a favor de medidas mucho más contundentes. Porque si ellos son insaciables la paciencia de la gente tiene un límite.

sábado, 4 de diciembre de 2010

EL AGOBIO Y EL SENTIDO DEL HUMOR.

El agobio andaba acarreando bultos de un lado para otro. Se le veía enfurruñado y tenía mal color. Estaba rojo de ira y tenía la tensión muy alta. Jamás se sentaba, ni cruzaba una palabra con nadie. El sentido del humor, que estaba tumbado al sol poniéndose como un cangrejo, llevaba días observándolo con aprensión. No podía soportar tanta seriedad sin objeto. Sabía que el agobio no lo escucharía y que jamás aceptaría a tomarse un té con limón con él. El sentido del humor, que no solía medir los resultados de sus acciones, decidió ponerle la zancadilla para detenerlo en su camino. El agobio tropezó con su pie burlón y arrojó su carga de problemas, los asuntos que nunca se resolverían y las dudas sin sentido. Se levantó furioso y amenazó con el puño en alto al sentido del humor que, vistas las circunstancias, se puso a disimular. Decidió no pararse ni un momento: tenía demasiados líos en qué pensar. Cambió de rumbo para no tener que ver nunca más al sentido del humor y siguió con sus bultos de un lado para otro. Desde entonces no se han vuelto a ver. 


http://www.islabahia.com/autores/anabel/relatos/cuentoscortos2.htm

CONFIDENCIAS.

Como todos los jóvenes yo también he buscado

esa luz inquietante que brilla en la aventura.

Como todos los jóvenes he arrastrado mis sueños

por el fango celeste de la vida nocturna.


El alcohol -que seduce- y los cuerpos - que embriagan-

me han dado la medida de unos mundos secretos

que van ya convirtiendose en jardines de hastío,

y la pasión primera en un jardin de invierno.


Todo cansa y aburre. Las manzanas mordidas

dejan el gusto amargo de una falsa promesa:

su seducción se cumple y de pronto no es nada,

consumar un deseo es besar a la niebla.


Como todos los jóvenes he apostado al diablo

y he vendido mi alma a precio de inexperto;

supongo que he perdido la inocencia y la Gloria,

pero nunca los jóvenes temimos al infierno.


Y aunque me quede tiempo y aunque el halago equívoco

del mundo me sujete, he muerto a las pasiones.

Porque todo es un lento bostezo. Y no me importa

apostar al fracaso. Como todos los jóvenes.



Felipe Benítez Reyes

( Los vanos mundos, 1985 )

martes, 30 de noviembre de 2010

lunes, 29 de noviembre de 2010

SINAYER.

Dentro de ti,
encontré el lugar para sentir.
Sin buscar, sin querer,
desenrede tu camino.
Buscando estuve
tu destino, que no fue el mío.

Mudo, transformo tu ser.
Perdí tus bellas palabras
que cambiaron tu existencia
y la mía.

Adiós al ayer, bienvenido al mañana.
Volveré con el ayer a acercarme a tu mañana.
Para observar mí ayer contigo.
Y mi destino sin ti.

viernes, 26 de noviembre de 2010

miércoles, 24 de noviembre de 2010

domingo, 21 de noviembre de 2010

EL PESCADOR.

En cierta ocasión iba un ejecutivo paseando por una bonita playa vestido con sus bermudas (de marca), sus gafas de sol (también con marca muy visible), su polo (con mucha marca), su gorra (con marca destacada), su reloj (de marca y carísimo), su calzado deportivo (donde todo era marca), su móvil colgado de la cintura (el móvil con marca y la bolsa en la que colgaba, también) y su gomina en el pelo ( sin marca, pero tan abundante que uno podía adivinarla).
Eran las dos del mediodía cuando se encontró con un pescador que felizmente recogía sus redes llenas de pescado y amarraba su pequeña barca. El ejecutivo se le acercó…
- ¡Ejem! Perdone, pero le he visto llegar con el barco y descargar el pescado… ¿No es muy temprano para volver de faenar?
El pescador le miró de reojo y, sonriendo mientras recogía sus redes, le dijo:
- ¿Temprano? ¿Por qué lo dices? De hecho yo ya he terminado mi jornada de trabajo y he pescado lo que necesito.
- ¿Ya ha terminado hoy de trabajar? ¿A las dos de la tarde? ¿Cómo es eso posible? – dijo incrédulo, el ejecutivo.
El pescador, sorprendido por la pregunta, le respondió:
-Mire, yo me levanto por la mañana a eso de las nueve, desayuno con mi mujer y mis hijos, luego les acompaño al colegio, y a eso de las diez me subo a mi barca, salgo a pescar, faeno durante cuatro horas y a las dos estoy de vuelta. Con lo que obtengo en esas cuatro horas tengo suficiente para que vivamos mi familia y yo, sin holguras, pero felizmente. Luego voy a casa, como tranquilamente, hago la siesta, voy a recoger a los niños al colegio con mi mujer, paseamos y conversamos con los amigos, volvemos a casa, cenamos y nos metemos en la cama, felices.
El ejecutivo intervino llevado por una irrefrenable necesidad de hacer de consultor del pescador:
- Verá, si me lo permite, le diré que está usted cometiendo una grave error en la gestión de su negocio y que el “coste de oportunidad” que está pagando es, sin duda, excesivamente alto; está usted renunciando a un pay-back impresionante. ¡Su BAIT podría ser mucho mayor! Y su “umbral de máxima competencia” seguro que está muy lejos de ser alcanzado.
El pescador se lo miraba con cara de circunstancias, mostrando una sonrisa socarrona y sin entender exactamente adónde quería llegar aquel hombre de treinta y pico años ni por qué de repente utilizaba palabras que no había oído en su vida. Y el ejecutivo siguió:
- Podría sacar muchísimo más rendimiento de su barco si trabajara más horas, por ejemplo, de ocho de la mañana a diez de la noche.
El pescador entonces se encogió de hombros y le dijo:
- Y eso, ¿para qué?
- ¡¿Cómo que para qué?! ¡Obtendría por lo menos el triple de pescado! ¡¿O es que no ha oído hablar de las economías de escala, del rendimiento marginal creciente, de las curvas de productividad ascendentes?! En fin, quiero decir que con los ingresos obtenidos por tal cantidad de pescado, pronto, en menos de un año, podría comprar otro barco mucho más grande y contratar un patrón…
El pescador volvió a intervenir:
- ¿Otro barco? ¿Y para qué quiero otro barco y además un patrón?
- ¿Que para qué lo quiere? ¡¿No lo ve?! ¿No se da cuenta de que con la suma de los dos barcos y doce horas de pesca por barco podría comprar otros dos barcos más en un plazo de tiempo relativamente corto? ¡Quizá dentro de dos años ya tendría cuatro barcos, mucho más pescado cada día y mucho más dinero obtenido en las ventas de su pesca diaria!
Y el pescador volvió a preguntar:
- Pero todo eso, ¿para qué?
- ¡Hombre! ¡¿Pero está ciego o qué?! Porque entonces, en el plazo de unos veinte años y reinvirtiendo todo lo obtenido, tendría una flota de unos ochenta barcos, repito, ¡ochenta barcos! ¡Qué además serían diez veces más grandes que la barcucha que tiene actualmente!
Y de nuevo, riendo a carcajadas, el pescador volvió:
- ¿Y para qué quiero yo todo eso?
Y el ejecutivo, desconcertado por la pregunta y gesticulando exageradamente, le dijo:
- ¡Cómo se nota que usted no tiene visión empresarial ni estratégica ni nada de nada! ¿No se da cuenta de que con todos esos barcos tendría suficiente patrimonio y tranquilidad económica como para levantarse tranquilamente por la mañana a eso de las nueve, desayunar con su mujer e hijos, llevarlos al colegio, salir a pescar por placer a eso de las diez y sólo durante cuatro horas, volver a comer a casa, hacer la siesta,…?
El pescador respondió:
- ¿Y eso no es todo lo que tengo ahora?


 http://educamosjuntoscuentos.blogspot.com/

martes, 16 de noviembre de 2010

The baseballs- Umbrella

http://www.youtube.com/watch?v=DM2177pHMT0

EL PENSADOR SIN PENSAMIENTOS

II

Pasaron los días en el pueblo, el día de reyes había pasado, y los juguetes de reyes montaban guardia ya en la puerta de casa, llenos de la suciedad que se nota en las cosas que han sido utilizadas mucho durante poco tiempo. Sus hermanos corrían detrás de un balón en la puerta de su casa, y la inminencia de la vuelta a clase estaba ya próxima. Por eso, los niños intentaban agotar las posibilidades de juego al máximo, se acercaban los días de vuelta a sus labores diarias.

Antonio se encontraba pendiente de sus hermanos mientras miraba por la ventana, quizás con la mente recordando, quizás viajando sin moverse de allí, se encontraba un poco absorto. Entre estos últimos días, había una cosa que no podía olvidar, a su amigo el mendigo, pero sobre todo no podía olvidar lo blanco que estaba siendo ese invierno, y por tanto lo frío que debía ser para un mendigo, que vive en la calle.

Durante un momento se puso a pensar, que podía llevar a un hombre a irse a vivir a la calle, a pasar frío en invierno, calor en verano, la lluvia durante el otoño y la primavera. Que empujaría a un hombre a dejar a su familia, a su casa, a sus amigos, al pueblo o ciudad donde viviera, sus gentes e incluso su país. No era una cosa para la que pudiera encontrar una repuesta, quizás si se encontrase otra vez a su amigo se lo preguntaría, o quizás no se atrevería.

Pasaban este tipo de cosas por su cabeza, cuando su  madre los llamo al almuerzo, en ese momento Antonio abrió la ventana de la casa y llamo a sus hermanos a la comida.

Una vez se encontraban todos sentados, fue buscando respuestas en las caras de sus padres, tenia preguntas para las que no encontraban respuestas. Durante unos segundos solo observo los movimientos acompasados de sus padres en el almuerzo. Esos que eran acompañados, de sus miradas furtivas su madre hacia los niños, a los que les indicaba que fueran comiendo, y su padre al telediario que salía en la televisión.

En ese momento, Antonio quiso hacer acto de presencia, y hacer las típicas cuestiones de los niños de su edad, así que sin pensarlo se dirigió a su padre y le pregunto:

-         Oye papa, pregunto Antonio.
-         Si. Dime hijo, respondió el padre.
-         ¿Por que los mendigos viven en la calle, y que les ha llevado a eso?, pregunto Antonio.
-          Como!. ¿Y tu donde has visto a un mendigo?, le pregunto el padre.
-         Pues….el otro día me dijo Pedro, el hijo del panadero que le sirvió pan a un hombre con muy mala pinta, y el padre le dijo que era un mendigo, respondió Antonio de manera dubitativa.
-         Ah….!Y eso fue hace mucho, pregunto el padre al captar las dudas del hijo.
-         Pues, no se hace unos días papa, respondió el hijo.


El padre se quedo de momento dubitativo, y cruzo una mirada de complicidad con la madre. Respiro profundo y le pregunto.

-         Entonces, ¿estas seguro que eso fue lo que te dijo pedro?, le espeto el padre.
-         Que si papa…..pero me lo quieres decir ya, le respondió con desgana el hijo.

-Su cara tenia ya el dibujo de a quien le importa ya poco la respuesta, porque después del pequeño interrogatorio del padre, la respuesta carece ya de la importancia que el le daba. En su gesto, Antonio mostraba contrariedad, esa que refleja el que a una pregunta se le sumen más preguntas, y no solo una respuesta.-

sábado, 30 de octubre de 2010

JIM CROCE- TIME IN A BOTTLE (1973)

Este resumen no está disponible. Haz clic en este enlace para ver la entrada.

No volveré....

No volveré a ser lo que fui.
No volveré a ver lo que vi.
No volveré a tener lo que tuve.
No volveré a ir donde fui.

No volveré, no volveré, no volveré....

Pero al no volver,
me enfrentare a mi,
como el primer día,
para así no volver
a repetirlo, como si fuera
mi primera vez.

Por que en la vida no se puede volver a volver,
no se puede vivir sin sentir,
que lo vivido, solo fue una parte,
de volver a volver,
de vivir sin vivir.


El trencito.

Una madre estaba trabajando en la cocina mientras escuchaba jugar a su hijo en la sala con su tren eléctrico nuevo. Ella escucha que el tren se detiene y su hijo dice:
- "Todos los hijos de mil puta que quieran bajarse, háganlo ahora porque esta es la ultima parada !!! Y todos los hijos de mil puta que van de regreso y se quieren subir metan sus culos dentro del tren ahora porque vamos a partir ya !!".
La madre entró a la sala y le dijo a su hijo:
- "Nosotros no usamos esa clase de vocabulario en esta casa". Ahora ve a tu cuarto y te quedas allí durante DOS HORAS!. Cuando salgas, puedes regresar a jugar con tu tren, por supuesto usando un vocabulario agradable y decente!!!"
Dos horas mas tarde, el niño sale de su cuarto y comienza a jugar de nuevo con su tren. Pronto el tren se detiene y la madre escucha a su hijo decir:
- "Todos los pasajeros que vayan a desembarcar del tren, por favor recuerden llevarse todos sus objetos personales consigo. Les agradecemos por haber viajado con nosotros en el día de hoy y esperamos que el viaje haya sido placentero. Esperamos que viajen de nuevo en una próxima oportunidad"
Ella escucha que el niño continúa:
- "Para aquellos que estén embarcando, les pedimos que coloquen todas sus cosas debajo de sus asientos. Recuerden que esta prohibido fumar dentro del tren. Esperamos que tengan un viaje relajado y placentero con nosotros el día de hoy".
La madre sonríe desde la cocina satisfecha porque el castigo funcionó, cuando el niño agrega:
- "Y para aquellos que estén enojados por la demora de DOS HORAS, reclámenle a la vieja hija de mil puta que está en la cocina!!!"


http://www.todohistorietas.com.ar/cuentos6.htm#REM

sábado, 23 de octubre de 2010

El ser humano es impredecible.

No volveré a ser joven.

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.


Jaime Gil de Biedma.
"Poemas póstumos" 1968

domingo, 17 de octubre de 2010

domingo, 10 de octubre de 2010

Desazón.

Entre tanto me sigo entrenando.
Buscando el sabor del lo in Sapporo.
Dejando fluir por mis venas
la sensación de la vida.
Que arrastra y desmantela mi ser,
gimiendo entre las sombras,
rugiendo entre las vidas.

El amanecer se acerca y el rugido
desaparece a cada paso, por que con el
nuevo día, se desmantelan los silencios de
la noche, por los ruidos del día.



jueves, 9 de septiembre de 2010

CINCUENTA Y UN ESCALONES

Uno, dos, tres, cuatro escalones. Cinco, seis, siete los voy contando.




Ocho nueve diez… se había convertido en un ritual diario para mí.


Cada vez que subía a casa contaba los escalones que me separaban de la calle.


Lo hice durante años.


Únicamente cuando subía.


Y había cincuenta y uno.


Cincuenta y un escalones.


Hasta que algo extraño sucedió una noche. Como siempre, subí. Como siempre, conté. En lugar de los consabido cincuenta y uno, resultaron ser cincuenta y dos. Inmediatamente, pensé que me había equivocado en mi cálculo rutinario, ¿qué otra cosa podía pensar?


Pero, al día siguiente, cuando regresaba de trabajar, me salieron cincuenta y tres.


Desconcertada, bajé corriendo.


Nerviosa.


Y volví a subir.


Muy despacito.


Contando.


Y ya eran cincuenta y cuatro.


No podía dar crédito a semejante disparate.


Así que repetí la operación.


Bajar.


Subir.


Contar.


Pero cada vez que subía me encontraba con un escalón más.


El resultado final fue que pasé de vivir en un tercero a vivir en un cuarto.


Tuve que parar si no quería acabar convirtiendo mi edificio en un rascacielos.


Un rascacielos sin ascensor.


Me costó mucho, muchísimo, acostumbrarme a dejar de contar.








Elena.

viernes, 9 de julio de 2010

PACO DE LUCIA , John McLaughlin , AL DI MEOLA

Metáforas, paradigmas y actitudes sobre el ofício del escritor

A John William Corrington



Enero 17,1961


Hola, Sr. Corrington:

 Bien, a veces ayuda recibir cartas como la tuya.Ya son dos. Un joven de San Francisco esccribió diciendome que algún día habrá quien escriba libros acerca de mi, si esto podra aydar en algo. Bueno, no estoy en busca de ayuda, o praise tampoco,y no estoy trattando de ser pesado. Pero yo solía jugar un juego conmigo mismo un juego llamado isla desierta, y mientras estava tirado en la carcel, en la clase de arte o caminando hacia la ventanilla de diez dolares en las carreras, me preguntaba, Bukowsky, si tú estuvieras en una isla desierta, tú solo, y nunca ser encontrado exepto por pájarros y gusanos,tomarías una vara y rascarías palabras sobre la arena? Yo tenía que decir no, y por un rato esto resolvía un montón de cosas, y me dejaba seguir adelante y hacer un montón de cosas que yo no quería hacer,y me alejaba de la máquina de escribir y me ponía en el pabellón de caridad del hospital municipal,la sangre corriendo fuera de mis oidos, de mi boca y de mi culo, y ellos ahí esperando a que yo muriese, pero nada pasaba. Y cuado salía me preguntaba otra vez,?Bukowsky, si estuviertas en una isla desierta y etc; y sabes pienso que era que la sangre había abandonado mi cerebro, o algo, y yo decía ,sí, sí,yo tomaría una vara yrascaría palabras sobre la arena. Bueno, esto solucionaba un montón de cosas porque me permitía seguir adelante y hacer las cosas, todas las cosas que no quería hacer,y me dejaba tener la máquina de escribir también; y desde que ellos me dijerosn qu un trago más me mataría,ahora le he bajado a dos galones de cerveza al día.




Pero la escritura,por supuesto. cómo el matrimonio, la caída de la nieve o las llantas de los autos,no siempre perdura. Tú puedes ir a la cama el miercoles en la noche siendo un escritor y despertar el jueves por la mañana y ser otra cosa totalmente diferente. O puedes irte a la cama el miercoles por la noche siendo un plomero y despertar el jueves por la mañana siendo un escritor. Este es el mejor tipo de escritores. ...Muchoes de ellos mueren. claro. por sus arduos intentos; o por otro lado, porque se vuelven famosos y todo lo que escriben es publicado y ya no tienen que buscar más. La muerte tiene muchas avenidas. y si a pesar de todo tú dices que mi material te gusta ,quiero que sepas que si se vuelve rot, no sera porque trate demasiado duro o muy poco, sera porque me quedado, o sin cervezas o sin sanagre. Para lo que sirva, puedo permitirme esperar: Tengo mi vara y tengo mi arena.




Charles Bukowski.


http://www.charlesbukowski.cjb.net/

miércoles, 30 de junio de 2010

Morcheeba - Rome Wasn't Built In A Day

HIJOS DEL CAPITAL.

En una noche de cielo abierto nació el niño de un gran rey, el rey de un país incierto, inundado por las entrañas del odio. En sus primeros años el padre se encargo de satisfacer todos los deseos del hijo, para ello busco los mejores tutores que el niño podría tener. Su educación fue estricta, por que algún día el heredaría, el reino de su padre.


El padre se encargo de hacerle comprender, que el había sido elegido por dios para reinar, y que por ello nunca tendría que confundirse con el vulgo, ni conocer a sus súbditos, sino que cada vez que tuviera la ocasión debería enseñarles sus dotes de mando, hacerles comprender por la sangre era la mejor opción le decía su padre.


Para ello, debería tener en cuenta que su relación con los demás solo sería en periodos de guerra, en los que la tropa debía ser consciente de quien era quien daba las órdenes y quien era el que tenía que obedecerlas.


Estando un día de paseo con su sequito, se encontró con un pequeño aldeano, un niño que a las afueras del recinto amurallado, estaba encargado del cuidado de un rebaño de cabras. Este niño tenía más o menos la edad del heredero. Por eso, este paró al sequito y se bajo del caballo, acercándose al niño.


- Que haces súbdito, cuidando del rebaño del rey tu señor. Le dijo al niño.

- Que va caballero, este rebaño, no entiende de reyes, solo me obedece a mí. Le respondió el niño.

- Niño deslenguado, quieres que te corte la lengua, respondió el capitán a cargo del séquito.


El heredero miro hacia el capitán, y este agacho la mirada.


- Pero vamos a ver, tú no sabes que estos terrenos donde pastas, pertenecen a mi padre el Rey. Le dijo al niño.

- Si lo se, y gracias a él puedo pastar aquí. Pero yo solo le dije que los rebaños no entienden de reyes.

- Y como va a ser eso, respondió el heredero. Sí todos los animales que están en nuestro territorio nos pertenecen, y nos debéis pagar por los pastos que consumís.

- Pues por qué los animales solo entienden de pastos y de mando, sino tienen la barriga llena ni te obedecen, y aquí estarán hasta que estén llenos. Respondió el niño.

- Eso es imposible. Vamos dime quien es el rey de estos animales.

- Yo, respondió el niño.

- Insensato te costará cara tu ofensa al heredero, exclamo el capitán.

- Cállate capitán, exclamó con vehemencia el heredero.

- Hagamos una juego, le propuso el niño, si tu eres el futuro heredero de este reino deberás saber llevar un rebaño de cabras, que te parece.


Al heredero la propuesta le pareció acertada y se tomo aquello, más como un juego que como una ofensa. Se acerco al rebaño y se puso a gritarles, para que se movieran, pero estos no se apercibían de su presencia, de manera que no se movían ni un ápice.

El heredero corrió intentando empujar el rebaño, de un lado a otro, pero este no se movía no le echaba cuentan, y es más le empujaba con sus cuernos haciéndole caer al suelo repetidas veces. El heredero demostraba una gran felicidad, por primera vez en su vida estaba jugando, aunque sus caídas eran cada vez más continuas y las manchas en sus ropajes cada vez más evidentes.


Cuando el cansancio hacia ya mella en él, se acercó sonriendo al niño y le dijo.


- Bueno ya esta no puedo más, me doy por vencido. No he demostrado que soy el rey de este rebaño. Ahora de muéstrame que lo eres tu.


El niño asintió con la cabeza a la vez que hacía un gesto, y en ese momento se escucho.


- Ghisssst. Silbo el niño.


Un perro apareció por la loma, y empezó a ladrar a la vez que daba vueltas alrededor del ganado. Este se fue juntando y alineando, y el perro los fue dirigiendo en una dirección.


- Pero bueno eso es trampa, yo creía que lo tenías que hacer tú, dijo el heredero.

- Yo nunca dije eso, respondió el niño, pero muchas veces para conseguir algo necesitamos de cosas que nos pueden facilitar las cosas. Lo mismo que es imposible mover a un rebaño sino ha comido, es imposible moverlo sin un perro.


El heredero se quedó atónito, y de su cara resplandeció una sonrisa de agradecimiento al niño. Esa fue su despedida mientras el niño se iba enjaretando el rebaño.
- Adiós, le indico el heredero.

 
- Adiós, respondió el niño mientras se alejaba.
Cuando llego la noche la cena se celebró en el salón real, había ese día gran audiencia, algo que no era muy normal para los días de diario. El pequeño heredero bajo desde su alcoba real, por las grandes escaleras que conducían al salón real. Cuando llegaba, todos le hacían paso y reverencias al pasar.


Una vez había llegado, y se había aposentado la familia real, se sirvieron a los comensales. Las conversaciones eran alto aburridas, pero el niño ante estos temas tendía a quedarse dormido, pero ante ello, el padre le daba un golpe y el ordenaba que la cara debía estar altiva.


Una vez finalizada la cena, el rey hizo callar a todos los comensales, y se alzo de su sitio.

- Hijo mío tengo un regalo muy especial para ti. Espero que te guste.

La cara del niño resplandecía, el sueño de sus ojos se habían evaporado. En ese momento vio como los sirvientes colocaban en una pequeña mesa un recipiente plano cubierto por una fuente de plata. El heredero se levanto con cierta sorpresa contenida y se dirigió lentamente hacia el recipiente que había en el centro de la sala. Cuando se encontraba delante de él, miró con cierta alegría hacia su padre, mientras este le asentía para que levantara la gran fuente de plata, de bajo de la cual estaba su regalo. Poco a poco fue retirando la fuente a la vez que su mirada de alegría se transformaba en el desagrado de una mirada de horror. Un gran grito de dolor se escucho en el salón real, un fuerte quejido recorrió todos los pasillos del palacio real, la fuente de plata cayó al suelo escuchándose un gran estruendo.


Encima de la del pequeño mostrador y encima de una bandeja de plata se encontraba la cabeza del niño, que había estado esa mañana con él en las afueras de palacio. El niño se dejo caer al suelo, mientras miraba horrorizado hacía el lugar donde se encontraba su padre.

El padre pudo ver el rostro angustiado de su hijo, que desde el suelo lo miraba, a la vez que miraba el rostro decapitado e inerte del niño, apostado en la bandeja. En ese momento el padre, se relamió y se dispuso a intervenir. Se levantó y se dirigió a sus súbditos.

- Señores, esto es lo que le pasará aquellos que dudan del poder del rey y se ríen de su estirpe.
El niño le dirigió una mirada amenazadora al padre, de la cual este se relamió. El heredero, se dispuso a levantarse para dirigirse a sus aposentos.

- ¿Donde vas hijo? ¿Es que no te ha gustado el regalo que te hice?, le pregunto el padre.

- No padre. No me gusta la sangre por sangre. No me gustan los regalos que significan muerte. No me gusta la muerte de un niño como prueba de amor. No me gusta que nadie tenga que matar para demostrar que debe ser respetado, contesto el heredero.

- Pero un heredero debe saber que si lo ofenden a él, ofenden a su estirpe, y por tanto el súbdito debe pagar esa ofensa.

- Padre era solo un niño, como yo.

- Y que tipo de súbdito habría sido si es capaz de ofender al heredero?, un villano?

- No padre solo un cabrero. Que cuida su rebaño, como tú. Pero que debe aprender a que sino tiene un perro que le ayude poco podrá hacer con el rebaño.

- Rebaño, perro, ayuda…..de que me estas hablando, tu deberás ser el día de mañana un soberano que imponga la ley del más fuerte. Y ese soy yo, contesto el soberano.

- Yo solo soy un niño, que ha tenido las mejores oportunidades, pero que nunca había tenido un amigo, ese niño se comporto, como alguien que me quiso enseñar. Solo fue un amigo. El primer niño con el que pude jugar.

- Amigo….amigo……un rey no puede ser amigo de un súbdito, que clase de rey sería si se mezcla con los que no son de su clase. A ellos se les debe demostrar que son los que deben obedecer, en que tipo de mundo viviríamos si eso ocurriera, exclamo el soberano ante una audiencia atónita.


El niño se dio media vuelta y se fue alejando a paso corto del gran salón. En ese momento se escucho un gran grito que inundo toda la sala.


- Hijo hacía donde te diriges sin haber pedido permiso, grito el soberano.

- Hacía mis aposentos, padre, respondió el heredero

- Me niego en redondo a que dejes esta sala así en presencia de nuestros invitados, vuelve aquí inmediatamente, exclamó el soberano.

- Por que padre, me decapitarás sino lo hago. A quien a tu heredero, al futuro rey de este país, a tu sangre, respondió el niño.

- Si tengo que hacerlo lo haré…..lo haré, con tal de que demuestres la lealtad que me debes, grito desaforadamente el soberano.

- Sabes padre, a veces pienso, que a lo mejor te hubiera venido bien haber jugado un poco más cuando eras niño. Por que a lo mejor eso te hubiera hecho mejor gobernante.

La mirada de odió del soberano se turbio súbitamente en tristeza, sus ojos anegados de odio y furia hasta ahora, se enmascararon de una neblina blanca, de una tristeza que anego sus sentidos de recuerdos de su niñez. En ese momento la furia le rescato y tirando la mesa al suelo, grito con vehemencia.


- Largaros todos de aquí que no quiero veros a nadie, exclamo.

Al poco tiempo el gran salón, se quedo vacío, en el solo se encontraba el soberano tirado encima de su respaldo bebiendo fervientemente el mejor vino de la comarca, buscando recordar a través de su nostalgia. Encima de la bandeja yacía la cabeza decapitada del cabrero, a la que en un acto de furia tiro una jarra terminando en el suelo.

Cuentan que esa noche se escucharon llantos en el palacio real, los de un niño que todavía no comprendía el ¿Por qué?....los de un padre que nunca había jugado……..y a lo lejos muy a lo lejos…en una pequeña choza de un lar…una familia que había recibido la noticia de la muerte de su pequeño hijo….sin saber que es lo que había hecho.



A veces la vida nos enseña, que por muchas diferencias aparentes que tengamos, todos sentimos y sufrimos de igual manera……ante la pérdida.