miércoles, 30 de junio de 2010

Morcheeba - Rome Wasn't Built In A Day

HIJOS DEL CAPITAL.

En una noche de cielo abierto nació el niño de un gran rey, el rey de un país incierto, inundado por las entrañas del odio. En sus primeros años el padre se encargo de satisfacer todos los deseos del hijo, para ello busco los mejores tutores que el niño podría tener. Su educación fue estricta, por que algún día el heredaría, el reino de su padre.


El padre se encargo de hacerle comprender, que el había sido elegido por dios para reinar, y que por ello nunca tendría que confundirse con el vulgo, ni conocer a sus súbditos, sino que cada vez que tuviera la ocasión debería enseñarles sus dotes de mando, hacerles comprender por la sangre era la mejor opción le decía su padre.


Para ello, debería tener en cuenta que su relación con los demás solo sería en periodos de guerra, en los que la tropa debía ser consciente de quien era quien daba las órdenes y quien era el que tenía que obedecerlas.


Estando un día de paseo con su sequito, se encontró con un pequeño aldeano, un niño que a las afueras del recinto amurallado, estaba encargado del cuidado de un rebaño de cabras. Este niño tenía más o menos la edad del heredero. Por eso, este paró al sequito y se bajo del caballo, acercándose al niño.


- Que haces súbdito, cuidando del rebaño del rey tu señor. Le dijo al niño.

- Que va caballero, este rebaño, no entiende de reyes, solo me obedece a mí. Le respondió el niño.

- Niño deslenguado, quieres que te corte la lengua, respondió el capitán a cargo del séquito.


El heredero miro hacia el capitán, y este agacho la mirada.


- Pero vamos a ver, tú no sabes que estos terrenos donde pastas, pertenecen a mi padre el Rey. Le dijo al niño.

- Si lo se, y gracias a él puedo pastar aquí. Pero yo solo le dije que los rebaños no entienden de reyes.

- Y como va a ser eso, respondió el heredero. Sí todos los animales que están en nuestro territorio nos pertenecen, y nos debéis pagar por los pastos que consumís.

- Pues por qué los animales solo entienden de pastos y de mando, sino tienen la barriga llena ni te obedecen, y aquí estarán hasta que estén llenos. Respondió el niño.

- Eso es imposible. Vamos dime quien es el rey de estos animales.

- Yo, respondió el niño.

- Insensato te costará cara tu ofensa al heredero, exclamo el capitán.

- Cállate capitán, exclamó con vehemencia el heredero.

- Hagamos una juego, le propuso el niño, si tu eres el futuro heredero de este reino deberás saber llevar un rebaño de cabras, que te parece.


Al heredero la propuesta le pareció acertada y se tomo aquello, más como un juego que como una ofensa. Se acerco al rebaño y se puso a gritarles, para que se movieran, pero estos no se apercibían de su presencia, de manera que no se movían ni un ápice.

El heredero corrió intentando empujar el rebaño, de un lado a otro, pero este no se movía no le echaba cuentan, y es más le empujaba con sus cuernos haciéndole caer al suelo repetidas veces. El heredero demostraba una gran felicidad, por primera vez en su vida estaba jugando, aunque sus caídas eran cada vez más continuas y las manchas en sus ropajes cada vez más evidentes.


Cuando el cansancio hacia ya mella en él, se acercó sonriendo al niño y le dijo.


- Bueno ya esta no puedo más, me doy por vencido. No he demostrado que soy el rey de este rebaño. Ahora de muéstrame que lo eres tu.


El niño asintió con la cabeza a la vez que hacía un gesto, y en ese momento se escucho.


- Ghisssst. Silbo el niño.


Un perro apareció por la loma, y empezó a ladrar a la vez que daba vueltas alrededor del ganado. Este se fue juntando y alineando, y el perro los fue dirigiendo en una dirección.


- Pero bueno eso es trampa, yo creía que lo tenías que hacer tú, dijo el heredero.

- Yo nunca dije eso, respondió el niño, pero muchas veces para conseguir algo necesitamos de cosas que nos pueden facilitar las cosas. Lo mismo que es imposible mover a un rebaño sino ha comido, es imposible moverlo sin un perro.


El heredero se quedó atónito, y de su cara resplandeció una sonrisa de agradecimiento al niño. Esa fue su despedida mientras el niño se iba enjaretando el rebaño.
- Adiós, le indico el heredero.

 
- Adiós, respondió el niño mientras se alejaba.
Cuando llego la noche la cena se celebró en el salón real, había ese día gran audiencia, algo que no era muy normal para los días de diario. El pequeño heredero bajo desde su alcoba real, por las grandes escaleras que conducían al salón real. Cuando llegaba, todos le hacían paso y reverencias al pasar.


Una vez había llegado, y se había aposentado la familia real, se sirvieron a los comensales. Las conversaciones eran alto aburridas, pero el niño ante estos temas tendía a quedarse dormido, pero ante ello, el padre le daba un golpe y el ordenaba que la cara debía estar altiva.


Una vez finalizada la cena, el rey hizo callar a todos los comensales, y se alzo de su sitio.

- Hijo mío tengo un regalo muy especial para ti. Espero que te guste.

La cara del niño resplandecía, el sueño de sus ojos se habían evaporado. En ese momento vio como los sirvientes colocaban en una pequeña mesa un recipiente plano cubierto por una fuente de plata. El heredero se levanto con cierta sorpresa contenida y se dirigió lentamente hacia el recipiente que había en el centro de la sala. Cuando se encontraba delante de él, miró con cierta alegría hacia su padre, mientras este le asentía para que levantara la gran fuente de plata, de bajo de la cual estaba su regalo. Poco a poco fue retirando la fuente a la vez que su mirada de alegría se transformaba en el desagrado de una mirada de horror. Un gran grito de dolor se escucho en el salón real, un fuerte quejido recorrió todos los pasillos del palacio real, la fuente de plata cayó al suelo escuchándose un gran estruendo.


Encima de la del pequeño mostrador y encima de una bandeja de plata se encontraba la cabeza del niño, que había estado esa mañana con él en las afueras de palacio. El niño se dejo caer al suelo, mientras miraba horrorizado hacía el lugar donde se encontraba su padre.

El padre pudo ver el rostro angustiado de su hijo, que desde el suelo lo miraba, a la vez que miraba el rostro decapitado e inerte del niño, apostado en la bandeja. En ese momento el padre, se relamió y se dispuso a intervenir. Se levantó y se dirigió a sus súbditos.

- Señores, esto es lo que le pasará aquellos que dudan del poder del rey y se ríen de su estirpe.
El niño le dirigió una mirada amenazadora al padre, de la cual este se relamió. El heredero, se dispuso a levantarse para dirigirse a sus aposentos.

- ¿Donde vas hijo? ¿Es que no te ha gustado el regalo que te hice?, le pregunto el padre.

- No padre. No me gusta la sangre por sangre. No me gustan los regalos que significan muerte. No me gusta la muerte de un niño como prueba de amor. No me gusta que nadie tenga que matar para demostrar que debe ser respetado, contesto el heredero.

- Pero un heredero debe saber que si lo ofenden a él, ofenden a su estirpe, y por tanto el súbdito debe pagar esa ofensa.

- Padre era solo un niño, como yo.

- Y que tipo de súbdito habría sido si es capaz de ofender al heredero?, un villano?

- No padre solo un cabrero. Que cuida su rebaño, como tú. Pero que debe aprender a que sino tiene un perro que le ayude poco podrá hacer con el rebaño.

- Rebaño, perro, ayuda…..de que me estas hablando, tu deberás ser el día de mañana un soberano que imponga la ley del más fuerte. Y ese soy yo, contesto el soberano.

- Yo solo soy un niño, que ha tenido las mejores oportunidades, pero que nunca había tenido un amigo, ese niño se comporto, como alguien que me quiso enseñar. Solo fue un amigo. El primer niño con el que pude jugar.

- Amigo….amigo……un rey no puede ser amigo de un súbdito, que clase de rey sería si se mezcla con los que no son de su clase. A ellos se les debe demostrar que son los que deben obedecer, en que tipo de mundo viviríamos si eso ocurriera, exclamo el soberano ante una audiencia atónita.


El niño se dio media vuelta y se fue alejando a paso corto del gran salón. En ese momento se escucho un gran grito que inundo toda la sala.


- Hijo hacía donde te diriges sin haber pedido permiso, grito el soberano.

- Hacía mis aposentos, padre, respondió el heredero

- Me niego en redondo a que dejes esta sala así en presencia de nuestros invitados, vuelve aquí inmediatamente, exclamó el soberano.

- Por que padre, me decapitarás sino lo hago. A quien a tu heredero, al futuro rey de este país, a tu sangre, respondió el niño.

- Si tengo que hacerlo lo haré…..lo haré, con tal de que demuestres la lealtad que me debes, grito desaforadamente el soberano.

- Sabes padre, a veces pienso, que a lo mejor te hubiera venido bien haber jugado un poco más cuando eras niño. Por que a lo mejor eso te hubiera hecho mejor gobernante.

La mirada de odió del soberano se turbio súbitamente en tristeza, sus ojos anegados de odio y furia hasta ahora, se enmascararon de una neblina blanca, de una tristeza que anego sus sentidos de recuerdos de su niñez. En ese momento la furia le rescato y tirando la mesa al suelo, grito con vehemencia.


- Largaros todos de aquí que no quiero veros a nadie, exclamo.

Al poco tiempo el gran salón, se quedo vacío, en el solo se encontraba el soberano tirado encima de su respaldo bebiendo fervientemente el mejor vino de la comarca, buscando recordar a través de su nostalgia. Encima de la bandeja yacía la cabeza decapitada del cabrero, a la que en un acto de furia tiro una jarra terminando en el suelo.

Cuentan que esa noche se escucharon llantos en el palacio real, los de un niño que todavía no comprendía el ¿Por qué?....los de un padre que nunca había jugado……..y a lo lejos muy a lo lejos…en una pequeña choza de un lar…una familia que había recibido la noticia de la muerte de su pequeño hijo….sin saber que es lo que había hecho.



A veces la vida nos enseña, que por muchas diferencias aparentes que tengamos, todos sentimos y sufrimos de igual manera……ante la pérdida.



















miércoles, 23 de junio de 2010

LO QUE TU QUIERAS OIR.


LQTQO v2.1 (Español) from Jose Mateo - PowernapFilms on Vimeo.

ARREGLAR EL MUNDO

(Colaboración de Claudio A.)


Un científico vivía preocupado con los problemas del mundo y estaba resuelto a encontrar medios para disminuirlos. Pasaba días encerrado en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas. Cierto día, su hijo, de siete años, invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, intentó hacer que el hijo fuera a jugar a otro sitio. Viendo que sería imposible sacarlo de allí, el padre procuró algo para darle al hijo, con el objetivo de distraer su atención... De repente tomó un planisferio de una revista, y, con una tijera, recortó el mapa en varios pedazos. Junto con un rollo de cinta adhesiva, lo entregó al hijo diciendo:



- "¿A TI TE GUSTAN LOS ROMPECABEZAS? ENTONCES VOY A DARTE EL MUNDO PARA ARREGLAR. AQUI ESTA EL MUNDO TODO ROTO. ¡MIRA SI PUEDES ARREGLARLO BIEN! HAZLO TODO SOLO"


Calculó que al niño le llevaría días para recomponer el mapa. Algunas horas después, oyó la voz del hijo que le llamaba calmamente:


- "PADRE, PADRE, YA HE HECHO TODO. ¡CONSEGUI TERMINAR TODO!"


Al principio el padre no dio crédito a las palabras del hijo. Sería imposible a su edad haber conseguido recomponer un mapa que jamás había visto. Entonces, el científico levantó los ojos de sus anotaciones, seguro que vería un trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus sitios. ¿Cómo sería posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?


- "TU NO SABIAS COMO ERA EL MUNDO, HIJO MIO. ¿COMO LO CONSEGUISTE?"


- "...Padre, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando tú quitaste el papel de la revista para recortar, yo vi que del otro lado había la figura de un hombre... Cuando tú me diste el mundo para arreglarlo, yo lo intenté pero no lo conseguí. Fue entonces que me acordé del hombre, di vuelta a los recortes y empecé a arreglar el hombre, que yo sabía cómo era. CUANDO CONSEGUI ARREGLAR EL HOMBRE, DI VUELTA LA HOJA Y ENCONTRE QUE HABIA ARREGLADO EL MUNDO..."




http://www.todohistorietas.com.ar/cuentosparapensar.htm#AEM

martes, 15 de junio de 2010

Hayaku: A Time Lapse Journey Through Japan


Hayaku: A Time Lapse Journey Through Japan from Brad Kremer on Vimeo.

LA CARRETA VACÍA

(Colaboración de Marta M.)

Caminaba con mi padre, cuando se detuvo en una curva y, después de un pequeño silencio, me preguntó:


- ¿Oyes algo más, que el cantar de los pájaros?


Agudicé mis oídos y algunos segundos después, le respondí:


- Sí, es el ruido de una carreta.


- Éso es, - me dijo. - Es una carreta vacía.


Pregunté a mi padre:


- ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la hemos visto?


Entonces, otra vez mas, me mostró su sabiduría:


- Es muy fácil darse cuenta: "Cuánto mas vacía está la carreta, mayor es el ruido que hace"


"Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y tratando con superioridad a los demás... O a aquellos, que no pueden estar, sin el estímulo de parlantes o de un televisor, que impiden todo tipo de diálogo, tengo la impresión de oir la voz de mi padre diciendo:


- "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace" Y a la vez : "cuánto se regocija el corazón, cuando vemos pasar una carreta repleta de carga preciosa... Silenciosa... Plena.


http://www.todohistorietas.com.ar/cuentosparapensar.htm

viernes, 11 de junio de 2010

martes, 8 de junio de 2010

Objeción Activa

Entre el pasado y el futuro resta un presente, un presente incierto, lleno de dudas, de preguntas, de cuestiones irresolubles. Por ello no vivimos en una sociedad del pensamiento, del conocimiento, sino de acción encubierta, de acciones dogmáticas que empequeñecen nuestro comportamiento adosados a nuestros sentidos.

 
Por eso, nuestro pasado incierto incluido en la interpretación de los nuevos pensadores, nos abre un campo de problemas que el individuo como pensador se encuentra abocado a pensar poco y actuar en base a las situaciones que se le plantean. Por ello y para ello, el hombre restituido de su inteligencia, se encuentra perseguido por la acción de su ser, imbuido en un acción desorganizada que no resuelve sus propios conflictos, sino que más bien se encuentra nuevos en su camino que interfieren todavía más en su ser.

 
Para ello, la sociedad como ente de masas, organiza y desinforma a la vez que va gestionando sus nuevas formas de pensamiento, aquellas que se acercan más a la confusión de la mayoría que las que se acercan a la solución de los problemas que interfieren en la vida de los ciudadanos. Quizás sea por eso, que la sociedad como un Dragón de siete cabezas muda su pensamiento para beneficiar y perjudicar siempre a los mismos.

 
De ser así, nos encontramos con un sistema cada vez más perfeccionado, una maquina humana, hecha por humanos y de la que los humanos somos parte activa. Pero para que esta maquina funcione, necesita de algo, eso que es necesario para que un sistema organizado funcione, que somos nosotros mismos, por lo que para poder demandar y solucionar los conflictos solo nos queda una solución la objeción a nuestra propia actividad, a ese consumo organizado y que multiplica nuestra dependencia.

 
Como una vez me contaba un cura....."No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita".