domingo, 27 de febrero de 2011

Promocionar o "tratar" la Salud Mental.

Desde la reforma psiquiátrica hace ya varias décadas, una vez superado el “modelo manicomial”, las cosas no han avanzado mucho (http://www.psiquiatria.com/articulos/psiq_general_y_otras_areas/psiqcomunitaria/37173/). Seguimos inmersos en un modelo puramente asistencialista, donde se espera a que el individuo desarrolle todo un compendio de síntomas psicopatológicos e incluso a que éstos se instauren plenamente para comenzar a dar algo de importancia a la salud mental de la persona.

Si se nos han enseñado pautas para reducir tales o cuales riesgos para nuestra salud física, no ha sido así con aquellas necesarias para proteger nuestra salud psíquica. De hecho no es infrecuente que, a diferencia de lo que ocurre con los síntomas de problemas médicos, los de carácter psíquico sean en sus comienzos ignorados por el que los padece, o tenga dificultad para identificarlos, o que espere a que remitan espontáneamente o a intentar “curarse uno mismo”. Prestamos más atención sanitaria a un catarro que a problemas de habilidades sociales o a una baja autoestima; conceptos éstos últimos mucho más desconocidos que el anterior, a pesar de evolucionar con un curso más insidioso.

Por otra parte, el abordaje terapéutico totalmente medicalizado para los trastornos psíquicos a día de hoy está de espaldas a la evidencia científica, tal como publica el NICE (http://www.infocoponline.es/pdf/120808tablaNICE.pdf), en un amplio meta-análisis. Un elevado porcentaje de consultas de Atención primaria se deben a problemas psicológicos (en algunos estudios alrededor del 60%) y se prescriben muchos más fármacos antidepresivos y ansiolíticos de lo indicado para la prevalencia de todos los trastornos juntos que se tratan con ellos, lo que redunda muy negativamente en la presión asistencial y el gasto en prescripciones (http://medicablogs.diariomedico.com/reflepsiones/2009/03/19/salud-mental-atencion-primaria-e-incapacidad-laboral-temporal/ ).

Nos encontramos de espaldas a conceptos como el de Resiliencia, al menos en su significado psicológico, (http://www.bvsde.paho.org/bvsacd/cd61/vellisco.pdf), incapaces de darnos cuenta de cómo la resistencia a la frustración, las habilidades sociales, las estrategias de afrontamiento de estresores psicosociales…juegan un papel crucial en el desarrollo de trastornos mentales en el futuro, y de que estas habilidades se pueden aprender. Iniciativas como el programa Forma Joven pueden constituir la plataforma ideal para la Promoción de la Salud en este sentido, contribuyendo así a “redondear” la atención a la prevención de la salud de los jóvenes, dotándoles de estrategias que les ayuden a afrontar satisfactoriamente los retos de la vida adulta.

Arturo Vellisco García

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